Cuanto más intento indagar en los entresijos de mi mente enajenada más fantasmas surgen, temores olvidados, asesinos liberados con sed de sangre y muy de vez en cuando la felicidad despojada de sus cadenas, surgiendo de imprevisto, tan pronto como en su día fue arrebatada sin pedir permiso. Un gran plan traman los hados, de eso no cabe duda. Las visiones ante el espejo son cada vez más frecuentes y mis susurros se mezclan con el viento de la noche.
''¿En qué te has convertido, oh, avatar de impulsos? ¿Dónde mora tu cordura, dónde está su sepultura?''.
Quizás deba seguir con aquella gran obra maestra, ese teatro de sinrazones donde todo el mundo podía ser una estrella, donde sus mentes se adormecían con los acordes del paraíso terrenal, donde podía jugar con mis palabras, mi lengua...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu rastro...