Han sido días inciertos que se antojaban años ante mis ojos, embestido violentamente contra el éxtasis y la decadencia en apenas segundos, insomnio y letargo ligados, copulando y controlando mi cuerpo sin remordimientos...
Adrenalina... el tiempo se detiene...
Y de imprevisto, la libertad saluda por sorpresa, sin esperarla, sin venerar su estela, llenando mi lesionado cuerpo de un fulgor entrópico. Musa del Caos, ¿Dónde dormías?.
Sentado en lo más alto mirando el amanecer, recordé todo lo que había pasado, respirando humo, mirando al Sol de frente, con su mirada aún grabada en mis sueños, mis sueños de gloria.
Contando las horas...
1 jun 2009
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